Los alumnos se aproximan a un curso de moral desde perspectivas personales diferentes. Ello se explica por las diversas concepciones que tienen del mundo de la ética y de la moral, por sus experiencias de enseñanza y de vida en la materia, por las influencias recibidas desde sus familias, desde sus entornos escolares, etc. El curso considera estas distintas aproximaciones y por ello, en la primera parte, quiere plantearse la pregunta ética, reflexionar sobre la posibilidad de fundamentar la ética y presentar críticamente las distintas respuestas como que se han dado a esa fundamentación. En un segundo momento, plantea la propuesta de la moral cristiana como una opción razonable a partir de lo peculiar y específico de esa propuesta que se descubre en la Palabra de Dios.
Propone, a partir de la reflexión bíblica, la moral cristiana como una praxis de la fe, es decir, ayudar a vivir lo que se cree. Una dimensión importante a cultivar en la vida del universitario (y de la persona en general) es la coherencia entre lo que se piensa y lo que se vive. Lo anterior, aplicado al campo de la presente asignatura, se traduce en que el curso entregue elementos para plantear la moral cristiana como una coherencia entre lo que se cree y lo que se vive.